Allá por los años 20, dos baúles se unieron, uno del abuelo Moisés y el otro de la abuela Luciana.
Vivieron siempre juntos en las Traseras del Castillo.
No fueron tiempos fáciles para nadie y menos para una familia con 9 hijos.
Fueron pasando los años y los baúles fueron abriéndose y fueron cerrándose.
Hasta que a finales de los años 70, el abuelo Moisés los dejó.
A la abuela Luciana le vendieron la casa y se fué a vivir con los hijos muy lejos del lugar. Los baúles se fueron con ella y lo poquino que le quedó, iba dentro.
Pero, ¿Como meter dos baúles en un piso de ciudad? No cogían y decidieron quemarlos en un descampado. Pero un "pequeño angelito" se enteró que los iban a quemar y los metió en un "ciento veintisiete" con baca y los salvó de la hoguera.
Pasó el tiempo, y la abuela Luciana decidió volver al pueblo a morir con las "Monjitas", y los baúles ya no volvieron con ella, se quedaron en el lejano lugar donde yo los encontré, llenos de historias que nuncan podrán contar.....
Y aquí siguen, y los hemos vuelto a abrir y a cerrar y a llenarlos de nuestras cosas de Valencia de Alcántara, con la esperanza de que algún dia podamos volver todos juntos al pueblo!
1 comentario:
Hay vivencias que son las verdaderas historias de la vida. Llenas de sentimientos, penas ilusiones, la muerte, y de nuevo la vida. Lehas dado la vida al recoger el baul y volver a empezar. Tus sentimientos deben ser fruto de tu capacidad de añar, si no se explica. Eres buena persona.
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