Casi tod@s en Valencia de Alcántara hemos tenido un contrabandista en la familia, de un manera u otra hemos estado vinculados a esta manera de vivir (sobrevivir, más bien dicho, porque aquello era supervivencia).
Todavía no se ha escrito todo sobre aquellos tiempos de desesperación y desesperanza que muchos tuvieron que pasar en nuestro pueblo.
Un tema muy díficil para sacar a la luz, para los que lo vivieron en sus propias carnes y sintieron el miedo en sus entrañas. Miedo que aún sienten hoy en día y miran alrededor, cuando te quieren contar su historia, para ver si hay alguién escuchando.
Os voy a documentar una historia, que ha estado guardada durante mucho tiempo, no se si en un baúl o en el fondo de un cajón, allí donde nadie pudieran encontrarlo, por miedo o por veguenza de un pasado un poco ílicito. Más bien por miedo, ese mal compañero para estos viajes del contrabando.
Cuantas historias guardadas, historias no contadas se nos han perdido en el olvido, cuantos paisanos se nos han ido con sus historias particulares escondidas en lo más hondo de su ser.
Por eso voy a enseñaros estos documentos que me han cedido y se han salvado de la hoguera del olvido, para que veamos lo que costaba ganarse el pan con el sudor del "café", ese "oro negro" que alteró la vida de una familia , que se metió al contrabando para sacar adelante a sus hijos, para darle un futuro, pero que debido a la mala suerte o a la inexperiencia del menor, se vieron obligados a cambiar por otro "oro negro" (el carbón) y abandonar nuestro pueblo para marcharse a un pueblo de la cuenca minera de la província de León, para seguir sobreviviendo y dejar de ver nuestro sol.
La historia se puede situar en cualquier punto del largo y ancho de nuestra frontera, y he borrado todos los nombres por respeto a sus protagonistas.
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